Conservar los cadáveres en la Edad Media

Hoy es una pregunta que a fuerza de ser obvia ni siquiera tendría que plantearse, pero ¿Cómo transportar en el siglo XII un cadáver durante cien días sin que se corrompiera?. Los caballeros cruzados acudieron a Jerusalén durante casi tres siglos convencidos de que si morían en la empresa, sus restos serían enterrados en las tierras que les vieron nacer. Difícil empeño puesto que la distancia entre Tierra Santa y sus aldeas natales de Europa era bastante considerable ¿Qué hacer pues?

Bueno, pues lo que sigue es el resultado de la curiosa piedad cristiana ya que los caballeros, una vez muertos en batalla, eran desmembrados y cada una de las partes de sus cuerpos cocidas. De esta manera podían sus restos soportar las largas jornadas de regreso hacía su ultima morada. Y me hago eco de la crónica de la época, si bien algo fabulada, sobre un acontecimiento de esta naturaleza en un pueblecito francés, en el que después de transportar los cadáveres de una veintena de cruzados no supieron los enterradores recomponer los cuerpos, pues o sobraban piernas o faltaban cabezas. Lo que nos hace pensar que o bien habían extraviado en su viaje parte del cargamento humano o éste nunca salió completo de Acre. De tal forma que, ante la imposibilidad de enterrar aquellos en su integridad virginal, decidieron darles sepultura común. Pensando acaso que Dios, en su infinita sabiduría y misericordia, o bien restauraría aquellos cuerpos como es debido o no haría desprecio alguno ante las mutilaciones de aquellos que tan bien supieron servirle.

Parece que los primeros caballeros que fueron expatriados de esta manera a sus tierras del Norte fueron los caballeros teutónicos y tal es así que impusieron el determinante "a la manera alemana" para aludir a este tipo de ceremonia. Que sepamos, el rey San Luis de Francia también fue hervido antes de que su cuerpo fuera retornado a Francia tras morir en el Norte de África