Quizás ninguna figura como la de Jesucristo ha dejado marcada su impronta con tanta intensidad en la memoria colectiva y en la historia de la Humanidad. Un Dios que ha tenido la suficiente habilidad como para convertirse en hombre, desde su nacimiento hasta su muerte. Pero ¿Qué sabemos de él como hombre? Nada, absolutamente nada. Algún avispado escritor ha especulado sobre sus amoríos; pero el amor es lo que más acerca a los hombres a Dios, por lo tanto, no nos sirve ¿Cómo comía? ¿Le dolía la cabeza? Se ha conocido a Cristo como "el gran Insomne", porque los episodios que aluden al sueño de Cristo son tan escasos que albergamos la duda de que le fuera preciso este reparador descanso; solo Lucas (8,23) expresa claramente que se ve obligado a despertarle, mientras que en Marcos no queda claro (1,35). En fin, echamos de menos esas cosas pequeñas que, puestas una detrás de otra, nos presentan eso que se llama la vida de un hombre ¿Qué ropa vestía? por ejemplo. Esto sí que estamos en condiciones de responder. Hemos escogido esta imagen de Jesús y la Samaritana porque creemos que esta, efectivamente, es la ropa que Jesucristo usaba. A saber: una túnica larga con mangas y sin costuras, un cinturón sin cuyo concurso la túnica se hacía molesta, sandalias y un turbante. La imagen exterior de Jesucristo sería muy parecida pues a la de un árabe.
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| Este sería el porte de Cristo: la de de un hombre entre 1,55 y 1,65 metros. De ojos negros, pelo oscuro: hasta los hombros. Barba recia, quizás apelmazada con afeites |
La túnica debía de ser de buen género toda vez que fue repartida entre los romanos durante La Pasión. La holgura de esta prenda hacía casi imprescindible el uso del cinturón que, además, servía para otros usos como faltriquera (monedero) o para sujetar la espada. El empleo del cinturón se conoce en la Biblia con la expresión "ceñirse los lomos", por lo visto, su uso permitió a los judíos huir con bastante rapidez de su cautiverio en Egipto. Seguramente usaba sandalias, que eran el calzado nacional de Palestina, aunque probablemente solo las utilizará el tiempo imprescindible, visto que eran un elemento de gran valor y fuerza simbólica; el calzado era utilizado incluso como medio de pago y era inexcusable desprenderse de el si se pretendía acceder al templo de Jerusalén. El turbante suelto, fijado con un cordoncillo por debajo de la barbilla. Su concurso, visto el rigor climático, se hacía imprescindible en los periodos estivales. Se añade a todo ello la capa, que en cualquier caso nunca sería de color rojo, ya que este era el tono utilizado por los soldados.
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| No es es la imagen mas adecuada para el contexto, pero hemos elegido este entrañable cuadro de Holman Hunt de 1827 para ilustrar en parte el espíritu de esta entrada. Un tipo juvenil baila, despreocupado y relajado en la intimidad del taller de carpintero mientras que, la Virgen que lo acompaña, observa al fondo el premonitorio y fatal destino reservado para su hijo. El cuadro se titula la sombra de la muerte y lo hemos recuperado de vestivalia.com, una página web de acceso, hasta el momento, restringido |
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| Estas sandalias fueron encontradas en las ruinas de Massada. La fortaleza de Massada fue un hito de la resistencia judía contra Roma. Aunque la conquista de Massada por Roma es unos 70 años posterior a la muerte de Cristo, las sandalias bien pueden ser un modelo de las que utilizó El Mesías |
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| En este singular pergamino tomado del núm. 220 de la revista Historia 16 , se recoge una imagen del siglo III de nuestra era en la que se observa claramente a un burro crucificado. Obvio escarnio hacia la Pasión de Cristo. pero también mordaz alusión a las limitaciones intelectuales de sus fieles capaces de convertir a un borrico en su Salvador. |
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