Modelos y Artistas enfermos, locos y deformes
Queríamos empezar por un personaje histórico para ilustrar esta entrada sobre la enfermedad en el arte. Un personaje de esos con suficiente eco, cuya sola mención hiciera retumbar las piedras. Pero rebuscando por ahí nos hemos encontrado con una imagen bien actual: la de una modelo desconocida, posando desnuda, mostrando las huellas secas y tristes de la anorexia en su cuerpo. Una enfermedad de países ricos y de gente inteligente. Irónico por cierto, puesto que las naciones prósperas parece que se pueden permitir incluso elegir hasta la forma de perecer de sus ciudadanos: unos se matan de hambre y otros de gula.
El arte, y sobre todo la pintura, han tenido un curioso itinerario de ida y vuelta. Hemos acabado pintando como lo hacíamos hace 30.000 años. Cuando este viaje tenía algún objeto, es decir, cuando se trataba de imitar la realidad lo mejor posible, se podía dibujar, en la ciudad de Rávena, la mirada hundida y el rostro consumido de Teodora, la esposa de Justiniano (el emperador de Bizancio) junto a su sequito. Era ya una mujer vencida por el cáncer de pecho y que nunca estuvo en Rávena, por cierto. Probablemente por eso, el autor, se sintió más libre para captarla así con mayor autenticidad. Su marido, el emperador Justiniano, la sobrevivió casi veinte años, pero le dejó penando. Tal fue la fuerza de esta mujer
Teodora en Rávena. |
Otra imagen algo mórbida del pasado es la que nos ofrece Esopo, el fabulista griego. No sabemos si tenía feroces enemigos ¿Pero quién es alguien en la historia sin ellos? Sea como fuere, se le representa con una cabeza de considerables proporciones. Y hasta el entrañable Sócrates en un busto hallado en Villa Albani (Roma), copia al parecer de los originales griegos, nos presenta un rostro embrutecido cuya nariz podría apuntar las inquietantes líneas de un sifilítico o un importante traumatismo. Todo lo cual sirve para corroborar aquello de que las obras mas bellas de la humanidad suelen ser obra de espíritus tortuosos.
Adriano |
Esopo |
Sócrates |
Hay que agradecer al realismo de la escultura romana que nos haya hecho llegar los bustos, casi clónicos, de los primeros emperadores de la dinastía Julia-Claudia: Augusto, Tiberio y Calígula (véase al pie de la entrada), los cuales se pueden contemplar en los Museos Vaticanos. Ese aire de familia los hace próximos hasta en su demencia; Tiberio, por ejemplo, arrojando infantes al vacío desde los acantilados de la isla de Capri, en la cual se había refugiado para preservar su impunidad asesina, incluso de una ciudad tan tolerante con la vesania como lo era Roma. Se queda corto incluso este viejo degenerado al lado de Calígula, mandando a sus legionarios a luchar contra Neptuno para hacerles rectificar, acto seguido, y obligarlos a recoger las conchas de las playas en las costas normandas, temeroso por provocar la furia de un dios. Y nosotros que decíamos, líneas más arriba, que los espíritus torturados producen belleza. Hay quién dice que esta espantosa demencia no es azarosa. Que esta borrachera de arbitrariedad no obedece a la casualidad, ni siquiera los poderosos pueden permitírselo. Era el saturnismo, la intoxicación con plomo del Imperio romano; primero de su aristocracia y después la del ciudadano corriente. A decir de algunos ese material fue el causante de la caída de un imperio en el que la presencia de cretinos intelectuales era cada vez más frecuente. Lo usaban, entre otros cometidos, para endulzar el vino y embellecer el rostro de sus mujeres.
Adriano, otro Emperador, este nació en España, Gobernó sesenta años después de lo referido, parece que mantuvo la cabeza sobre los hombros. Murió entre otras cosas de hidropesía. Todos los males que le llevaron a la tumba provenían de una arteriosclerosis coronaria, que al parecer, deja un pequeño surco en el lóbulo de las orejas (ver foto). Un médico americano: Nicholas Petrakis, ha creído ver esos surcos en el busto de Adriano que se encuentra en el museo arqueológico Nacional de Atenas. Este busto se conserva junto a infinidad de vasos áticos que proporcionan una información muy útil referida a la antigua Grecia, desde intervenciones quirúrgicas, tratamientos para las resacas y también diarreas explosivas.
Probablemente la sífilis, junto a la peste, haya sido la enfermedad más tratada en el arte. Y sin duda la más fecunda en nombres: “mal español” “mal francés” “mal italiano” "mal polaco” “mal chino” “mal de Canton”, etc… Se trata de una enfermedad venérea ampliamente distribuida entre todas las capas de la población y con una alta incidencia entre las clases nobles y acomodadas. La sífilis eran tan frecuente que en el siglo XVI se llegaba a dudar de la hombría del sujeto en caso de no padecerla. La lista de personajes históricos que la sufrieron es interminable. Reyes, emperadores, Papas, pintores, intelectuales, músicos….. ¿Un nombre?. Darwin, Tolstoi, Mussolini, Abraham Lincoln, Colón…………
Comunidad de monjes enfermos de sífilis |
Se da el caso de que pintor y modelo son ambos enfermos de sífilis: Goya y sus viejas, por ejemplo. Toulouse-Lautrec y sus prostitutas, Miguel Ángel y sus modelos masculinos, sacados de las “stufa” o baños públicos, donde se ejercía la prostitución, y que le sirvieron de modelos para la Capilla Sixtina. Hay algo de comicidad y ternura también en esa imagen de monjes implorantes, cubiertos de máculas, probablemente toda la comunidad religiosa, en una ilustración del siglo XIII, bendecidos por un sacerdote
Egipto es también una fuente inagotable de patologías vinculadas al arte. Las mas de 70.000 momias que se han analizado en diversos grados ofrecen una amplio abanico de datos sobre las enfermedades que aquejaban a los habitantes del Nilo. De todas ellas nos quedamos con la del sujeto afectado de jaqueca al que le han colocado una figura en forma de cocodrilo sobre la cabeza….
Egipto es también una fuente inagotable de patologías vinculadas al arte. Las mas de 70.000 momias que se han analizado en diversos grados ofrecen una amplio abanico de datos sobre las enfermedades que aquejaban a los habitantes del Nilo. De todas ellas nos quedamos con la del sujeto afectado de jaqueca al que le han colocado una figura en forma de cocodrilo sobre la cabeza….
Un aire de familia señala los bustos de los Emperadores de la dinastia Julia-Claudia |