Perfumes en Judea. Los olores de La Pasión de Cristo. Mesopotamia. Historia del Perfume (IV)

Jardines de Babilonia. Lacasamundo.com
Jardines de Babilonia



Perfumes en Judea. Los olores de La Pasión de Cristo


Podemos agradecer a la tradición hebrea,  que impide la destrucción de cualquier documento que contenga el nombre de Dios, la abundante información sobre el uso del perfume en el antiguo Israel. El carácter monoteísta de la religión judía, una isla teológica entre religiones con alta inflación de dioses, ha marcado de tal manera a este pueblo, que ha hecho de ella, de la religión, su columna vertebral, contaminando todas las actividades sociales y hasta aspectos nimios de la vida cotidiana. De tal forma que el uso del perfume no es una excepción; su manejo, por ejemplo, constituye un elemento imprescindible para la liturgia religiosa. Pese al largo contacto con la civilización egipcia, la barrera del uso cosmético se mantuvo en la cultura judía siempre del lado del dogma. Con dificultad, y a veces con sanción, franqueó los límites de las instituciones religiosas hacia el ámbito privado.

     Las experiencias fragantes del pueblo judío son numerosas. Camino de la Tierra Prometida y no bien abandonado Egipto,  Dios exige a Moisés un altar en el que le ofrezca incienso. Le muestra también la forma de elaborar el óleo sagrado con una mezcla de mirra, cinamomo, canela, aceite de oliva y caña de azúcar. Este óleo se utilizaba para ungir tanto el Tabernáculo como el Arca de la Alianza y las vasijas sagradas. Además, servía para consagrar al sumo sacerdote, cargo hereditario de Aarón y sus hijos, que debían ser consagrados con dicho óleo, de tal manera que este impregnara no solo su cabeza, sino también sus barbas “y hasta sus calzones”. La oblación del incienso en el altar de los perfumes, mañana y noche, constituía uno de los cuatro cometidos principales del sacerdocio. Algunos autores sostienen que este perfume litúrgico era muy parecido al Kyphi de los egipcios.



Moises vigila la construcción del Tabernáculo. Lacasamundo.com
Moises vigila la construcción del Tabernáculo
 
     Existe en la cultura hebrea una relación ambigua con el uso profano del perfume, y en general con todas las habilidades cosméticas. Son estas censuradas gravemente, y eso por utilizar una expresión moderada, toda vez que su violación implicaba en los relatos bíblicos la muerte; y no solo para los autores del delito sino incluso para sus familias. Así les sucedió a Coré y Datan, junto a doscientos príncipes de la asamblea que, junto a sus familiares, fueron tragados por la tierra sólo por ofrecer incienso en el templo, pese a las advertencias de Moisés y Aarón.  También el rey Osias fue víctima de la lepra por intentar quemar incienso en el templo de Jerusalén.
Isaías se lamentaba de la veleidad indecorosa de las hijas de Israel, pues ofendían al Señor que, entre otras cosas, se ocuparía de trocar sus perfumes por hediondez. Moisés se mostró extraordinariamente severo al pautar  los males que podían acarrear el uso mundano del perfume sagrado. Véase el caso de  José, que fue vendido por sus hermanos y hecho esclavo por un grupo de comerciantes de perfumes que se dirigían a Egipto. Reforzando con esto esa imagen un tanto envilecida que se poseyó de los perfumeros durante muchos siglos.

      Mas, ese juicio romo y grave sobre el uso de los perfumes se suaviza; cuando no se justifica directamente,  si se utiliza con un fin más alto, cual es el bien de Israel. Sea el caso de Ester que para casarse con el rey Asuero permaneció durante los seis meses previos al enlace tomando baños diarios de aceite de mirra. También se le toleró a Judit “el uso de ungüentos y aderezos en su cabeza” con tal de seducir a Holofernes  para después decapitarlo. En puridad el primer maestro perfumero de Israel fue Dios mismo, cuando facilitó a Moises, durante El Éxodo, la composición del óleo sagrado;  incienso y cinamomo entre otros, pero cuyos componentes y proporciones exactos fueron un secreto guardado celosamente por el Sumo Sacerdote: Aáron. Otro varón en extremo longevo pues al parecer murió con más de 120 años.

Altar de los Perfumes. Lacasamundo.com
Altar de los Perfumes
 
     En El Cantar de lo Cantares ya se alude a la práctica femenina de llevar una bolsa de mirra bajo sus vestidos y entre sus senos. La mirra, es una resina aromatica que segrega el
Commiphora myrrha, su valor en la antigüedad fue extremo, de tal forma que su uso solo era accesible a unos pocos. Siempre estuvo relacionada con la seducción y el amor: se perfumaban las camas y los ropajes de los reyes, así como a las jóvenes elegidas para formar parte de los harenes. 

      El día de la boda el novio solía mandar a casa de su futuro suegro los adornos de la novia junto a ungüentos y perfumes. Él mismo, salía a recibir a su futura esposa ceñida su frente con una corona  y bien cargado de perfumes. El perfume, junto al vestido y las joyas, formaba parte de ese decorado del que no puede prescindir cualquier mujer fatal. Salomé, enamorada sin esperanza alguna de Juan el Bautista; antes de acceder a bailar para Herodes,  es cubierta con siete velos que se irá retirando hasta quedar desnuda, cubierta solo por los perfumes para vestir esa desnudez. Las mujeres destinadas al harén de los príncipes solían recibir un  tratamiento que consistía en seis meses de baños con aceite de mirra y otros seis con otros perfumes. La ciudad de Jerusalén se especializaría en la industria  del lujo, entre la que destaca la elaboración de perfumes, y entre ellos; el perfume de nardo puro que era de gran valor. 


María de Betania unge los pies a Cristo. Lacasamundo.com
María de Betania unge los pies a Cristo
 
     El nardo, junto a la mirra y el incienso, aparecen recurrentemente en la primitiva cultura judía. Incluso una narración apócrifa imagina los cabellos de los ángeles  como guirnaldas de nardo. Es esta, principalmente,  una planta del Himalaya, el actual Bután. Su propio nombre tiene un origen sánscrito. Está  presente en la vida de Cristo en varias ocasiones esenciales: días antes de su agonía, María de Betania (¿María Magdalena?) rompe una vasija cargada de aceite de nardo sobre su cabeza.  Las tres Marías, que acuden al sepulcro tres días después de La Pasión  y que observan que Cristo había resucitado, llevaban aceite de nardo con el propósito de ungir su cadáver pese a que esta operación solía hacerse el mismo día del óbito, por evidentes razones sanitarias. Muchos años antes,  los restos de su circuncisión,  fueron depositados en un recipiente con aceite de nardo viejo.

     No fue Cristo el único caso de embalsamamiento en la cultura judía. En los tiempos de Abraham, José Bíblico fue embalsamado a la manera egipcia. De hecho, el ritual funerario al que fue sometido el cuerpo de El Señor estaba casi reservado a los reyes. No en balde, el significado en hebreo de la palabra Mesías, no es otro que el ungido. Para significar aun más la importancia de los aromas en la cultura hebrea, no debemos de olvidar que según la tradición,   y junto a un valor intemporal y seguro como el oro, Cristo fue obsequiado por los tres Magos con incienso y mirra. Dos sustancias odoríferas de larga presencia, pues se remontan a las primeras manifestaciones de los perfumes en Egipto. E incluso más lejos, con las casi neolíticas culturas de Ur de las que hablaremos mas adelante. 



En el antiguo Israel, los perfumes se solían conservar en recipientes de alabastro como el que aquí se muestra.
 
     Ya hemos dicho que la relación de Cristo con el perfume es recurrente, de hecho, textos del siglo VIII y XII consideran que los presentes que recibió: oro, incienso y mirra,  tienen un valor simbólico. El oro con objeto de aliviar la pobreza de La Virgen, el incienso servía para atenuar el olor del establo, y la mirra, por sus efectos antiparasitarios, tenía como fin eliminar los gusanos del Niño. Según Lucas, Cristo, a los 8 días de nacer, fue circuncidado, conservándose la piel resultado de esta pequeña amputación en aceite de nardo viejo. El prepucio, puesto que de esto trozo se trata, constituye el único testigo biológico de la presencia de Cristo en La Tierra (supuestamente no abandono el mundo terrenal tras La Resurrección)  y abrió un curioso episodio a lo largo de la historia en forma de codiciada reliquia. La fiesta del Santo Prepucio se festejó oficialmente por La Iglesia el día uno de enero, hasta que fue suprimida por las connotaciones ciertamente jocosas que ocasionaba. Jesús tendría otro contacto con este perfume de nardo y este fue días antes de su prendimiento, cuando María de Letanía derramó este perfume sobre la cabeza y los pies del redentor para posteriormente secarlo con sus propios cabellos. Un postrer contacto con el perfume, y en circunstancias mas agónicas,  lo tuvo Cristo momentos antes de ser clavado en la cruz, cuando compasivamente, quizás, se le ofreció  vino con mirra, que rechazó. La mirra tiene propiedades narcóticas, y  a veces se proporcionaba a los condenados a suplicio


MESOPOTAMIA


     Según La Epopeya de Gilgamesh, un poema de origen sumerio y que sirve de modelo a La Biblia para referir el llamado "Diluvio Universal", solo los perfumes fueron capaces de aplacar la ira de los dioses puesta de manifiesto en aquella colosal inundación. Utnapistim, un personaje mitológico, es el encargado de efectuar una libación con vino, y maderas aromáticas: caña, cedro y mirto. El aroma fue del agrado de los Dioses y estos decidieron perdonar a los hombres.

     La influencia de Mesopotamia (Sumeria, Asiría y Babilonia) en la cultura hebrea es considerable. De hecho, estamos tentados de pensar que la localización geográfica del Paraiso Terrenal, El Edén, se corresponde con algún lugar de esta tierra cruzada por los ríos Tigres y Eufrates. En esta zona la presencia de agrupaciones humanas se remonta unos 7000 mil años AC. No carecen de razón aquellos arqueólogos que consideran que la historia de nuestra civilización empieza en Summer.
     En un texto  sobre recetas farmacológicas con instrucciones para la fabricación de perfumes encontrado en la ciudad de Umma,  perteneciente al antiguo Imperio Sumerio y  2000 a 2100 años AC.  y ello pese a que las fuentes son extraordinariamente tacañas en los datos, se detalla el uso de maderas aromáticas como el cedro, el ciprés y el mirto. También se hace alusión al “perfume de Ninurta”, de composición desconocida

Tablilla pictografica sumeria. >3200 AC.
 
     En cuanto a los sistemas utilizados para obtener esencias no se han encontrado evidencias de que se utilizara el método del  enfleurage, es decir,  la saturación de un grasa disponiendo flores sobre ella y retirándolas sucesivamente cuando estas pierden su frescura, hasta conseguir así la saturación de la base, la propia grasa. Se supone que utilizaban un proceso combinado de maceración y extracción, que salvo variantes consiste en sumergir plantas en un recipiente con agua caliente. Posteriormente se tamiza esta solución y se vuelve a repetir la operación sobre el mismo líquido con nuevas plantas. Se procede sucesivamente hasta conseguir la mezcla adecuada. Por fin se filtra y se sumerge la misma en aceite de sésamo que se calentará suavemente obteniéndo así el producto final


Los sumerios descubrieron la fabricación de cerveza y fueron grandes consumidores. Utilizaron también su alcohol en perfumeria.
 
     Sumeria, que si se consulta en el mapa,  se encuentra en la desembocadura de los ríos Tigris y Eufrates,  fue también precursora en la fabricación de cerveza. De tal forma que la misma, mas bien su base alcohólica, fue utilizada por los artesanos perfumeros como diluyente. Los productos,  siempre de origen vegetal, eran previamente triturados y machacados con el fin de romper sus fibras y obtener así los aceites esenciales. Es decir, la esencia, la cual se diluía en cerveza ocupándose el alcohol de su licuación. Nos atrevemos a afirmar que la propia cerveza era aromatizada con estos productos y como tal bebida se consumía, tal y como hicieron los griegos bastantes siglos después.



Recipiente cosmético. Tumbas reales de Ur. Lacasamundo. com
Recipiente cosmético. Tumbas reales de Ur

     A veces se deseaba otro tipo de consistencia menos liquida, en forma de pomada por ejemplo, y para ello se recurría a la miel, o la hez de cerveza (un producto resultante de la maceración  de la cebada) o incluso a mezclas de hez de cerveza con harina de trigo; dátiles y queso. Este ungüento servia para frotar la piel, pero probablemente tenía efectos curativos también debido al uso de aceites de coníferas con propiedades salutíferas.  No se tiene constancia de la momificación en ninguna de las culturas que poblaron Mesopotámia; Sumeria, Asiría y Babilonica, pero al parecer sí sumergían en miel perfumada los cadáveres pensando que en el más allá les iba a ser necesario este manjar. Siglos después y según refiere la leyenda, el cadaver de Alejandro Magno también se conservaría en miel. Al parecer el término momia remite al persa mum o cera, sustancia esta empleada en los procesos de momificación. Tanto la cera como la miel, productos de la abeja, tienen propiedades antioxidantes y antibacterianas.

Torre de Babel. Grabado.  1670. Lacasamundo.com
Torre de Babel. Grabado.  1670. Jannssonius van Vaesberge.
     Dos mil quinientos años permanecieron sepultadas estas culturas, hasta que la expansión colonial europea, en el siglo XIX, empezó a revelar las ruinas de la mítica Babilonia; la ciudad bíblica de la Torre de Babel, los jardines colgantes y la prostitución sagrada. Incluso aquellos Tres Magos que obsequiaron a Cristo con el incienso y la mirra, dos aceites esenciales de larga presencia odorifera, estuvieron inspirados en la veterana tradición de los magos astrólogos de esa ciudad, famosa en la Antigüedad por su extremado refinamiento y lujo. El perfume no es algo baladí en Mesopotamia, le debemos incluso la supervivencia de la especie, pues tras el Diluvio Universal sólo la oblación con maderas olorosas, muy grata a los Dioses, hizo que estos se abstuvieran de castigar a los hombres con nuevas calamidades. Tenemos incluso hasta el nombre de una profesional de la perfumería. Por lo dicho; una sacerdotisa, un mago. Quizás la precursora de todos los maestros perfumeros, se llamaba Tapputi-Belatekallim. Vivió en Babilonia 1200 años AC. dedicada a la medicina, la elaboración de ungüentos y perfumes.

Un sencillo mapa de Mesopotamia, para no perdernos. Este es el ombligo del mundo. Aquí se encuentran las ciudades más antiguas de la Humanidad.
 
     La pasión por el perfume llevó por ejemplo al último rey de Asiria, Sardanápalo a inmolarse en una pira de maderas olorosas  junto a su harem, eunucos y riquezas,  sofocado por los vapores. Si bien es verdad que claudicamos en esto ante la leyenda, porque las versiones más ciertas hacen perecer al rey bajo el hierro indignado de su general, furioso por el amaneramiento y decadencia de su monarca
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Tesoro de la Reina de Pu'Abi y reconstrucción de su rostro. 2600 años AC. Oro y laspislázuli. La Reina fue enterrada junto a más de un centenar de sus sirvientes a los que previamente se les había obligado a beber un veneno.




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