Haití. Imperio y Monarquía en El Caribe. Jacobo I, el primer Emperador del Nuevo Mundo ( I )

ejemplar del codigo negro sobre el trato a las esclavos en la América francófona


Historia de Haití

Primera Parte





Se ha dicho que Haití, tras los Estados Unidos, fue el segundo país del continente  americano en acceder a la independencia. Pero a diferencia del primero, y del resto quizás de los movimientos de independencia, la rebelión de los esclavos no tenía inicialmente por objeto acceder a la independencia si no la de liberarse del ignominioso régimen de esclavitud y del odio al francés. La guerra de independencia de Haití fue un conflicto sanguinario, lleno de atrocidades por ambas partes y en las que, a decir de algunos, la palabra libertad fue escrita sobre la piel arrancada a uno de los colonizadores blancos, usando sangre como tinta y la punta de una bayoneta como pluma. Fue un conflicto repugnante  en el que ambas partes no se conformaban con matar al contrario, si no que se se esmeraban en hacerlo con la mayor saña y crueldad posible. La metrópolis, Francia, que había obtenido de España la parte más occidental de la Isla de La Española, parecía el país más propicio, a raíz de la Revolución de 1789, para enmendar la suerte de los esclavos. Sin embargo fue incapaz de contener la riada de indignación de los 500.000  negros que padecían el inhumano sistema,  que llevaba a muchas madres hasta el infanticidio con tal de evitar a sus hijos aquella vida repugnante. 

Como encabezamiento os presentamos una imagen del "código negro",  un manual francés de finales del siglo XVII relativo al trato de los esclavos en América.

     El sistema también había llenado la isla de cimarrones, esclavos fugitivos que atacaban periódicamente las plantaciones y daban muerte a los blancos. Ni los más de 50.000 soldados que envió Napoleón a La Española para restaurar el régimen de esclavitud, fueron capaces de detener ya la marea humana, el arrojo y el valor producto mas bien de  la desesperación individual que acabó por canalizarse en las ansias colectivas por un determinado proyecto político. En 1804 se declara la independencia de Haití como Republica, el primer estado negro que había conseguido su independencia. Un territorio en el que la presencia del hombre blanco era “non grata”, y aun así con un propósito positivo y ético, de la mano de su primer líder Toussaint Louverture, capturado por Francia. Deportado a Europa murió helado de frío en su prisión de los Alpes(*). 



La crueldad de la esclavitud lanzó a la sublevación a los negros haitianos

     Años después el mismo Napoleón se censuraba su error al preferir la solución militar al compromiso con el más pragmático de los revolucionarios como era este Toussaint. Lo que vino después fue una sucesión de matanzas, conflictos, despropósitos y curiosos déspotas, alguno de ellos señalados por un indisimulado espíritu emulador con respecto a la antigua metrópoli, y en particular con el oropel imperial. Fijados en esa relación de amor odio con que quedan vinculados en el tiempo las colonias y sus antiguas metrópolis. 

Napoleón utilizó mercenarios polacos, "legión polaca" en su intento por restablecer la esclavitud en Haití. Los haitianos hicieron incluso prisioneros a los polacos, cosa que no sucedía con los soldados franceses a los que mataban sin piedad. Al parecer entendían que los polacos eran una nacionalidad oprimida, de suerte que la lucha por la libertad de Polonia era de alguna manera la misma que la de Haití.


Jacobo I, emperador de Haití



     En Haití veremos como este trasunto, esta copia del original francés deja mucho que desear, y a la luz de los años nos presenta ese desatino del Imperio Haitiano con cierto aire tragicómico, pero también con una despótica lucidez:( la del rey de Haití, Henri I  que abruma y de la que hablaremos en la siguiente entrada). En efecto el Haití independiente no tardó en deslizarse de la mano de su primer líder llamado Jean Jacques Dessalines, hacia un Imperio de opereta. 



Jacobo I Emperador de Haiti
Coronación de Jean Jacques Dessalines como Jacobo I




     Dessalines medró a la sombra de Toussaint Louverte. Bravo soldado muy capaz en el liderazgo sobrevivió a su mentor para ejercer cumplida venganza sobre los colones franceses en Haití, a los que persiguió casi hasta el exterminio, sin ahorrarse episodios de inédito salvajismo. A pesar de los miles de soldados enviados por Napoleón a la isla, y de los cuales mas de la mitad pereció por el tifus, la declaración de independencia se efectuó en el año 1804. No tardó Dessalines en hacerse nombrar Emperador de Haití con el nombre de Jacobo I, en las mismas fechas en que Napoleón ceñia la corona imperial. Un contemporáneo lo describió como “cachigordillo” que al parecer quiere decir rechoncho, pero otro destaca de él su gran estatura. Total que no sabemos muy bien como fue físicamente. Sí es cierto que fue un sujeto resolutivo que se había desafectado, por su crueldad, a los mulatos. Alentó la venganza contra los colonos blancos, imponiendo un régimen de terror incluso ante sus propios ciudadanos, remisos en parte a continuar el conflicto por esta senda de la venganza transitada las mas de las veces por la cobardía. Su constante temor al regreso de la potencia colonial, Francia, le empujó a ordenar la ejecución de todos los blancos de la isla, salvando del exterminio a misioneros y médicos. Consideraba a Francia como una nación de monstruos y bárbaros, capaces de las peores sevicias con los de su raza. La inmensa torpeza de Napoleón, que exigía reintroducir la esclavitud en la isla fortaleció su posición. Además, los restos del ejercito francés al mando del general Louis Marie Ferrand, que fomentaba descaradamente la captura de jovenes hasta los 14 años para convertirlos en esclavos, atizó, si cabe, más su odio y el de muchos haitianos hacia los blancos

matanza de franceses en haiti
Los franceses no tuvieron tregua ni clemencia en la guerra haitiana




      Era un gran aficionado al baile y allá donde fuera se hacia acompañar por un maestro de danza y siempre que se disponía a dictar sentencia, lo que hacia con frecuencia y por lo general a la máxima pena, pisaba con deleite e intenso desprecio un ejemplar del “codigo negro”, colección de decretos que desde el año 1685, y con la firma de Luis XIV, marcaban las obligaciones y los derechos de los negros que pertenecían a la corona de Francia. La primera Constitución de Haití fue redactada bajo su inspiración, apunta  que el Imperio de Haití se declara soberano e independiente de todas las potencias del universo, y en ella destaca la obligación de que todo haitiano debe conocer un arte mecánico. Además ningún hombre blanco podía poseer tierras en Haití y los haitianos, racialmente, serían conocidos básicamente por ser negros. La Corona era electiva y no hereditaria. No existía religión oficial y se aceptaba el divorcio. 
     Como se ve, la influencia de la Revolución francesa era manifiesta en algunos puntos, aunque Dessalines se ocupara de acabar con la raza francesa en la isla por el método del exterminio. 

Jacobo I

      Su fin vino de la mano de dos personajes que ocuparan los siguientes años de la historia de este país. Aliados frente a Dessalines:  Henri Christophe y Alexandre Petion, se ocupan de asesinar al déspota, haciendo literalmente cachitos su cadaver. Uno y otro acaban por repartirse Haití. Al sur Petion, un mulato, establece una suerte de Republica, y al Norte Henri; un negro, se decide por fin por una monarquía. A este último, conocido por Henri I le dedicaremos la siguiente entrada.





(*)Toussaint Louverture fue instruido en el manejo de las armas, y en la estrategia militar por los españoles. De hecho, a partir del año 1793, figuraba con el cargo de general al servicio del Rey de España en la isla La Española. 

Reyes y Emperadores en El Caribe consta de tres entradas