Religiones del Mundo. Los Parsis. La religión amable (II)

el malogrado Freddie Mercury
Freddie Mercury
El malogrado Freddie Mercury no se llamaba Freddie Mercury si no Farrokh Bulsara. Era parsi, nació en Tanzania y todos sabemos cómo murió. Su vida fue algo barroca e intensa, con algún que otro exceso. Cuando murió pidió que un sacerdote parsi le acompañara en sus últimas horas. Zubin Mehta sigue aún con nosotros; es un afamado director de orquesta y puede decirse que es un autentico príncipe parsi, proviene de una de las más aristocráticas familias de esta comunidad. Parsi significa persa. Son una gota de agua en un mar de hindúes, y como tales se sienten herederos de Ciro el Grande y Dario. Piensan que ninguno de ellos tiene nada que ver con ese ser depravado que nos presenta la película los 300,  esa crónica de gimnasio digital, y que no era otro mas que el rey de Persia, Jerjes. Pero no se queda aquí su indignación y enmiendan la grandeza que se le supone a Alejandro Magno, un gran consumidor de vino, bajo cuya influencia incurrió en buenas dosis de bajeza y crueldad al permitir el saqueo de ese ciudad increíble que fue Persepolis por una chusma de soldados borrachos que la saquearon. En Persépolis se perdió parte de la memoria de la Humanidad porque su biblioteca, reducida también a cenizas, guardaba el testimonio de toda la dinastía Aqueménida.  Solo se conservaron las tablillas de arcilla, y eso gracias a que paradójicamente las ruinas a veces se ocupan de proteger los restos que bajo ellas yacen. Pero además de esta perdida, el llamado "baluarte de los escritos", una suerte de fortaleza de la cultura donde se almacenaban los textos más valiosos, contenía también el "Libro de los Libros de Persia": los únicos manuscritos que se conservaban de Zoroastro. El mito se ocupó de magnificar aquella perdida que cifra en 2.000.000 de líneas grabadas con letras de oro, para las que fueron precisas más de 5.000 pieles de vaca. La leyenda del Libro, añade que este se salvó del fatal incendio para perecer definitivamente en otra cruel catástrofe; la de la Biblioteca de Alejandría, tres siglos después.


Zubin Metha, un aristocrata parsi. Fotografiado junto a Farah Diva, esposa del que fuera el último Sha de Persia
Zubin Metha, un aristocrata parsi. Fotografiado junto a Farah Diva, esposa del que fuera el último Sha de Persia

     De Jerjes se dice que era algo rencoroso y vengativo; había sufrido una afrenta de los griegos y tenía ordenado que sus consejeros le recordaran todos los días la misma para vengarse adecuadamente de estos. Nada que ver esta actitud con el zoroastrismo, que probablemente profesara, porque lo que más impresiona de esta religión, también conocida por mazdeísmo,  es su alto grado de amabilidad. Vean sino cual es su propuesta principal para ésta vida: la felicidad del ser humano. Claro, siempre y cuando el hombre consiga templar ese otro lado oscuro que le acompañará mientras viva.  Arhiman el principio del mal, que junto a Ormuz,  un naturaleza benigna y bondadosa, encuentran en la humanidad un campo de batalla en el que dirimir la suerte de cada uno. Y todo ello contemplado por la visión severa pero piadosa de Ahura-Mazda, el Dios Supremo, identificado a la postre con Ormuz, que a la vista de los actos de este mundo condena o premia, aunque esa condena nunca es eterna.
     Porque el infierno mazdeista cumple su misión disuasoria y ponderada (nada que ver con ese sufrimiento estéril, infinito y sádico del infierno judeocristiano), no es eterno y sus victimas quedan purificadas por el sufrimiento para poder por fin acceder al Paraíso más tarde. El zoroastrismo también es benevolente, ofrece tres grandes estrategias para solventar con fortuna esa lucha entre el bien y el mal, la triada mazdeista que consiste más o menos en códigos de conducta que nos aseguraran una vida feliz y un seguro tránsito a la vida eterna. A saber: buenos pensamientos, buenas palabras y buenas obra
Zend-Avesta, el libro sagrada de los Parsis
Zend-Avesta, el libro sagrado de los Parsis

     Zoroastro, que según dicen (y eso según las fuentes)  vivió entre el impreciso periodo del siglo XV al XVII antes de Cristo, fue bastante pródigo en pensamientos, palabras y obras. Al menos a decir de Plinio, el cual habla de 2.000.000 de versos atribuidos al profeta y místico. La mayoría de ellos perdidos en el incendio de la biblioteca de Persépolis, aunque los parsis consiguieron conservar cerca de 350.000 palabras que han quedado reducidas en la actualidad a 83.000, y que son las utilizadas, muchas veces desconociendo su significado, en los rituales y rezos parsis.
     Esta triada, llamada también triada mágica está presente en otras ceremonias parsis. Como el bolsillo que portan los niños parsis en su iniciación religiosa que está destinado simbólicamente a recoger: pensamientos, palabras y obras. O el cordón sagrado con el que se identificaba la comunidad parsi desde antaño, llamado Kusti y que debe dar tres vueltas alrededor de la cintura por esta misma razón. Tres deben ser también los pasos que, como mínimo, deben de guardar los vivos con el cuerpo del difunto en sus complejas y elaboradas ceremonias fúnebres que veremos más adelante.

El fuego es sagrado para los mazdeista, de ahí las mascarillas que utilizan para no contaminar su pureza con el aliento.
El fuego es sagrado para los mazdeista, de ahí las mascarillas que utilizan para no contaminar su pureza con el aliento.
     Otro aspecto a considerar en la religión mazdeista, cuyo libro sagrado se llama Avesta es ese aire de familia, una cierta proximidad a nuestra cultura judeocristiana. Y es que, en efecto, Zoroastro fijó una serie de guías que han sido posteriormente asimiladas: (también, por cierto, estuvo retirado en el desierto y a los 30 años abandonó su aislamiento) tal es la escatológica(*)  propuesta por la resurrección de los muertos, la naturaleza dual del hombre entre una parte física y otra espiritual, el Espíritu Santo, la existencia de  los arcángeles, etc. Hasta tal punto llega esta asociación, que seguramente esos personajes tan entrañables como los  Reyes Magos eran practicantes de la religión mazdeista. 

Rito funerario parsi en un grabado del XIX. Observese la distancia que los vivos guardan con el difunto. Hablaremos de ello en el próximo capítulo.
Rito funerario parsi en un grabado del XIX. Observese la distancia que los vivos guardan con el difunto y la presencia de un perrito en la ceremonia. Hablaremos de ello en el próximo capítulo.
      Una vida ideal para los zoroastristas es una vida buena, próspera y feliz. Como se ve el cielo empieza a ganarse aquí en la tierra, poco que ver en esto con la tradición cristiana. Así, el celibato, el ayuno, todas las formas de mortificación del cuerpo son abominables para un buen creyente ya que son actos que pretenden debilitar el cuerpo y por ello atenúan la fortaleza de éste frente al mal. Desesperanza y enojo fueron vistos como pecados. Secularmente el mazdeismo pivota en torno a una serie de virtudes que son seguramente la razón de la sólida prosperidad de la  comunidad parsi, a saber: igualdad de todos, respeto a todas las formas de vida, rechazo a la crueldad y el sacrifico de animales, ética del trabajo, caridad social, lealtad y fidelidad con uno mismo, la familia, el grupo y el país


(*) escatología: conjunto de teorías y doctrinas referentes a la vida de ultratumba



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