Al parecer la palabra calendario tiene un origen latino:
Calendas, la cual hace referencia a los primeros días del mes en la antigua Roma. En Roma era el Sumo Pontífice el responsable de fijar el calendario, tal y como lo ha sido la Iglesia en la cultura occidental. En China era el Emperador de turno el que lo decidía, y eso mismo parecía suceder también en la antigua Asiria. Los mayas eran unos auténticos fenómenos en la materia, aunque habrá que esperar al 2012. Sin embargo, en la Edad Media, se les perdía por los caminos hasta la Cuaresma. Rusia, a raíz de la Revolución Bolchevique, cambió tantas veces su calendario que la gente no sabía en qué día vivía. Los revolucionarios franceses, por su parte, a fuerza de seglarizar las fiestas, restaron bastantes días de descanso a los ciudadanos que, indignados, exigieron la restitución del calendario tradicional. Y por caprichos del almanaque
Cervantes y Shakespeare murieron el mismo día, pero según se mire, conforme al calendario inglés o el español . En fin, y sin que sirva de precedente, esta va a ser una entrada eminentemente gráfica. Os presentamos el calendario perpetuo que una empresa fabricante de material sanitario se ha encargado de elaborar:
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